La invención de la imprenta ha tenido efectos profundos y de gran trascendencia. La historia de la imprenta y su desarrollo está inseparablemente ligada a la sociedad y su influencia sigue aumentando. En este artículo recorremos los puntos más importantes de la creación de la imprenta.
Tabla de contenido
Origen de la imprenta
Los antiguos chinos fueron los primeros impresores y el material impreso más antiguo que se conserva es un amuleto budista realizado por orden de la emperatriz Shotoku en el año 768 de nuestra era. La impresión se hizo sobre papel con bloques de madera o con planchas delgadas de metal fundido y se editaron más de un millón de ejemplares.
Cien años más tarde surgió el libro propiamente dicho, el Sutra del Diamante de Wan Chien, una parte de las escrituras budistas. Se trata de un rollo de casi cinco metros compuesto por siete hojas unidas por los extremos y fue descubierto en la provincia de Kansu por el arqueólogo Aurel Stein en 1907.
Sin embargo, el nacimiento de la imprenta europea debió poco a Oriente, si se exceptúa el secreto de la fabricación de papel que pasó a España a través de los árabes en el siglo IX.
¿Quién inventó la imprenta?
El hombre a quien generalmente se atribuye la invención de la imprenta es Johannes Gensfleish Gutenberg, que nació en Maguncia entre 1395 y 1397 y murió en la misma ciudad en 1468. En realidad, el famoso impresor germano no hizo más que perfeccionar la prensa e idear el sistema de impresión con letras móviles, pues la imprenta en si ya se conocía antes de su nacimiento.
Con el sistema de Gutenberg, las letras se fundían por separado en metal y se componían formando palabras en bastidores de madera. Después se entintaba todo el contenido y se apretaba contra el papel o el pergamino.
Grabado de madera (xilografia) para un libro impreso en Basilea en 1501. Los caracteres de estilo gótico introducidos por Gutenberg recuerdan las biblias manuscritas de la época.
Gutenberg, que era un metalúrgico experto y un hábil grabador, fundía los tipos con una aleación de estaño, plomo y antimonio, que además de ser resistente resultaba fácil de fundir.
El primer libro impreso
Aunque la idea de imprimir se les había ocurrido a los chinos muchos siglos antes, no les fue posible utilizar los tipos móviles porque su lengua esta compuesta de millares de ideogramas o palabras-símbolos. Las lenguas europeas, por otra parte, sólo empleaban dos docenas de caracteres, lo que hacía mucho más fácil la fundición de tipos y la composición.
La Biblia de Gutenberg
Gutenberg utilizó un tipo de letra conocido con el nombre de “textura”, cuyo aspecto era muy similar al de las Biblias manuscritas de su tiempo. Ciento cincuenta ejemplares se imprimieron en papel y 30 en pergamino, que era más caro.
Aunque en aquella misma época se estaban llevando a cabo diversos experimentos en el campo de la impresión en diversos países europeos, a Gutenberg le corresponde el mérito de ser el primero que reunió las diversas facetas del arte de imprimir (fusión de tipos, fabricación de tinta y provisión de papel) en un proceso único y coherente.
En la historia de la imprenta, la Biblia de Gutenberg se reconoce por lo general como el mejor de los “incunables”, o libros impresos antes del año 1500. En 1465 el arzobispo de Maguncia rindió homenaje de gratitud a los “gratos y espontáneos servicios que nuestro querido y fiel Johannes Gutenberg nos ha prestado”. Se le concedieron un traje de caballero cada año, grano y vino y la exención de impuestos y del servicio militar.
Expansión de la imprenta
En la atmósfera de prosperidad del Renacimiento, la tecnología de la imprenta se extendió con rapidéz, principalmente a través de los antiguos centros comerciales situados a lo largo del Rhin.
La mayoría de los primeros impresores de los distintos países eran alemanes que habían sido atraídos por el mecenazgo extranjero o que se habían visto obligados a salir de su patria a causa de la excesiva competencia.
El libro impreso
Se establecieron imprentas en Italia (1465), Suiza (1465), Francia y Holanda (1470), España y Hungría (1473), Inglaterra (1476), Suecia (1483), Rusia (1563) y Norteamérica (1638). Se estima que hacia el año 1500 en 300 ciudades, 1.700 imprentas habían impreso alrededor de 40.000 ediciones diferentes en un total de 15 o 20 millones de ejemplares, principalmente sobre materias legales y religiosos.
La mayoría de los que compraban libros eran nobles, clérigos, abogados, comerciantes y estudiantes; y por lo general se imprimían en latín. La primera obra impresa sobre tema médico fue un calendario de purificación denominado Mainz Calendar (Calendario de en Maguncia) que fue impreso en 1457. Daba detalles de los días favorables y desfavorables para ser sangrado o tomar medicinas.
Una reunión familiar en París escuchando la lectura de una obra de Moliere. La gran cantidad de material impreso convirtió pronto la lectura en un pasatiempo popular y de moda.
El primer “colofón” o nota puesta al final del libro en la que se indica el nombre del impresor y el lugar y fecha de la impresión, apareció aquel mismo año en el magnifico “Salterio” impreso en Maguncia por Fust y Schoeffer, antiguos socios de Gutenberg.
La imprenta en España
En España se sabe que existió una imprenta en Zaragosa en 1473. Un año después se imprimieron en Valencia “Les trobes en lahors de la Verge Maria”, pero es probable que la imprenta propiamente dicha llegase a España algunos años antes, poco después que los tipógrafos de Maguncia se dispersasen por distintos países de Europa con motivo del saqueo e incendio de dicha ciudad en 1462.
En 1477, hallándose en Sevilla, los Reyes Católicos firmaron una orden por la que disponían que un tal Teodorico Alemán “impresor de libros de molde en estos reinos” estuviese exento del pago de toda clase de impuestos “por ser uno de los principales inventores y factores del arte de hacer libros de molde”.
Primeras imprentas en España
En 1485 ya había imprentas en Hijar, Mallorca y Burgos, y poco después en Murcia, Medina del Campo, Coria, Pamplona, en los monasterios de Montserrat y San Cugat del Valles, etc.
La imprenta en México
A México llevan los españoles la imprenta en 1532 según unos y en 1536 según otros. Fueron sus introductores el primer virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza, fundador de la Universidad y de otras instituciones de enseñanza de aquel virreino, y el obispo Juan de Zumarraga.
El primer libro impreso en el continente americano fue la Escala Espiritual y los tipógrafos que lo compusieron se llamaban Esteban Martín y Juan Pablos. Desgraciadamente no se conserva ni un solo ejemplar de aquella histórica edición.
Juan Pablos disfrutó hasta 1558 de lo que hoy llamaríamos un monopolio de impresión (privilegio concedido por el virrey). Al cesar esta exclusividad se instalaron en la ciudad de México las imprentas de Espinosa (1559), Ocharte (1563) y otros entre ellos Antonio Ricardo, que fue quien introdujo más tarde el arte de imprimir en el Perú en (1584).
Uno de los primeros libros impresos por Ricardo en este último país fue el Confesionario para los curas de los indios en español, aimara y quechua.
Fueron muchos los libros publicados en las lenguas indígenas, especialmente con la intención de propagar entre aquellos pueblos la religión católica.
En los restantes países de Iberoamérica, la introducción de la imprenta se debió en buena parte a los obispos y a los religiosos menos, que en tiempos de Felipe II, probablemente en 1580.
Importancia de la Imprenta en la historia
Con la “explosión” de la imprenta, los hombres se implicaron profundamente en las grandes cuestiones de su tiempo. Los reyes y las altas jerarquías de la Iglesia intuyeron enseguida el poder y la influencia que tenían los impresores en la difusión de las ideas entre las gentes.
Como dijo el historiador Thomas Carlyle, la imprenta se había convertido en uno de los “tres grandes elementos de la civilización moderna” (los otros dos eran la pólvora y la civilización protestante).
Taller de un grabador del siglo XVI. A la izquierda se realiza una impresión; en el centro un ayudante coloca una plancha grabada en un baño de ácido, y a la derecha el maestro instruye a los aprendices. La imprenta fue una actividad artesana hasta finales del siglo XIII
Los impresores no tardaron en darse cuenta de que habían de tener cuidado de no imprimir nada herético o sedicioso si no querían provocar la ira de las autoridades.
La Reforma europea, especialmente, debió gran parte de su éxito al nuevo invento. Los libros de Martín Lutero, que atacaba con acritud a la Iglesia de Roma, se imprimieron por centenares y millares de ejemplares e hicieron de el uno de los hombres más influyentes de su época.
Los que imprimían sus ideas corrían el riesgo de ser perseguidos. Cuando el Papa excomulgo finalmente a Lutero por hereje, ordenó también que sus libros fueran quemados públicamente.
Los caracteres tipográficos
Los libros, revistas y periódicos modernos utilizan centenares de estilos diferentes de caracteres tipográficos. Muchos de estos fueron diseñados en la época del Renacimiento y algunos son muy bellos.
Los primeros diseñadores fueron los orfebres y otros artífices metalúrgicos que se esforzaron en dar a sus letras elegancia y estilo. Según la elección del tipo, una página podía tener un aspecto fino y elegante, sencillo y funcional, o descarado y chillón.
En 1692 Luis XIV encargó a Philippe Grandjean y otros expertos que produjesen una nueva serie de tipos de letra redonda y cursiva para imprenta real. Entre los grandes diseñadores, cuyos tipos todavía llenan sus nombres, se hallaban los franceses Claude Garamond, Robert Grandjon, Jean-Claude Fourniery Francois Didot; el italiano Giambattista Bodoni; el norteamericano Frederic W. Goudy y los ingleses William Caslon y John Baskerville.
Garamond fue el primero que sustituyó los caracteres góticos por los romanos y trabajó para Francisco I de Francia. Los Didot fueron una dinastía de impresores y editores. Francois Didot, nacido en 1689, fue su fundador. A su hijo Francoise Ambroise se le debe la designación de los caracteres por puntos, así como la fabricación del papel vitela.
Otro hijo, Pierre Francois, perfeccionó la fundición de caracteres. Estos dos hermanos tuvieron sendos hijos, también famosos en la historia de la imprenta. Leger Didot, hijo de Pierre Francois, diseñó la primera máquina de fabricar papel continuo.
Firmin Didot, hijo de Francoise Ambroise, además de grabar caracteres tipográficos muy notables, fue el inventor de la estereotipia. Murió en 1836 y con el finaliza la dinastía.
La imprenta moderna y su mecanización
Los numerosos descubrimientos técnicos realizados a finales del siglo XVIII transformaron el arte de imprimir en una industria más de las que se desarrollarían con gran rapidez por el efecto conjunto de los diversos progresos conocidos con el nombre de Revolución Industrial, la historia de la imprenta cambiaría radicalmente.
En Francia, sobretodo estimulada por el iluminismo y el enciclopedismo así como por la necesidad de publicar obras científicas y artísticas con ilustraciones, tablas y mapas, se sucedieron los inventos: la máquina de fabricar papel (Nicolás Louis Robert), el perfeccionamiento, prácticamente invención, de la estereotipia (por Firmin Didot, al que ya hemos mencionado), la litografía (1796), etc.
Pero la verdadera era industrial de la imprenta comenzó en 1811, cuando el impresor alemán Friedrich Koening inventa la máquina de impresión plano-cilíndrica accionada por vapor. Poco después se construyeron máquinas de este tipo con las que los periódicos lograban imprimir tres o cuatro mil ejemplares.
En 1845 el New York Herald utilizaba cuatro prensas de doble cilindro para lanzar la mayor tirada del mundo en aquella época: 12.000 ejemplares.
Poco años después, el mecánico francés de origen italiano Hipolito Marinoni, que ya se había ideado varias máquinas para imprimir periódicos con gran rapidez, revolucionaba por completo esta técnica al inventar la rotativa, máquina en la que la composición se dispone en forma de cilindro y que con movimiento continuo y velocísmo, imprime muchos millares de ejemplares por hora.
Las planchas de metal son curvadas para adecuarlas a los cilindros de las rotativas, la cual entinta las impresiones en hojas de papel.
Paralelamente a estos progresos en el campo de la impresión, se realizaron otros en el de la composición tipográfica. En 1840, J.H. Young y A. Delcambre patentaron una máquina que, manejada por tres hombres, era capáz de componer 6.000 letras y espacios por hora, aproximadamente el doble de lo que podía lograr a mano un cajista.
Sin embargo, la mayor parte de la tipografía siguió siendo manual hasta después de 1885, año en que el relojero alemán Ottmar Mergenthaler construyó en los Estados Unidos su famosa linotipia, que sólo requería una sola persona para ser operada.
Esta máquina se empleó por primera vez en 1886 para el periódico norteamericano New Tribune y a principios del siglo XX se utilizaba para componer ya los principales diarios del mundo occidental.
Luois Braille
Impresión de ilustraciones
Las mejoras en la impresión de fotografías e ilustraciones precisaron mucho más tiempo. Al comienzo del siglo XIX, las ilustraciones todavía eran trabajosamente coloreadas a mano, y durante largo tiempo se imprimieron únicamente los dibujos lineales en blanco y negro.
La primera mejora importante tuvo lugar en 1881, cuando se hizo realmente eficaz el proceso de fotograbado de medio tono, mediante el cual la fotografía o el dibujo a la aguada se convierte en millares de puntos diminutos (que pueden verse si se miran, muy de cerca, las fotografías de los libros o los periódicos)
Durante el siglo XX la industria de las artes gráficas sufrió cambios enormes. La maquinaria y el utillaje se perfeccionaron y encarecieron; por ejemplo, las máquinas de imprimir en offset o las gigantescas rotativas tipográficas.
Una edición de 1909 del periódico londinense «The Daily Mirror», el primer periódico que introdujo en sus páginas el fotograbado de medio tono.
La cromotipia o impresión en colores hizo grandes progresos, dando vida a la industria del envasado. El oficio de impresor se especializó y obligó a grandes periodos de adiestramiento. Pero no se resolvieron tales problemas como el imprimir diarios a todo color o el de producir el color tridimensional.
Video con la historia de la imprenta
Como es tradicional en nuestro blog terminamos con un video, en este caso sobre la historia de la imprenta; es un video corto pero que cuenta con todo detalle la evolución de la imprenta a lo largo de la historia.
Referencias:
http://www.pixelpress.com.mx/historia-imprenta.shtml
http://paginaspersonales.deusto.es/abaitua/konzeptu/w3c/imprenta.htm
Sobre la Imprenta en España, el primer libro impreso en España fue «El Sinodal de Aguilafuente», en Segovia, por Juan Parix de Heidelberg, en 1472
Este impresor fue traído por el Obispo Juan Arias Dávila de Roma, encargandole la impresion de las actas del Sinodo que se celebro en Aguilafuente los primeros dias de Junio de 1472
WOW que datazo gracias
Muchas gracias por la información, me fue de gran utilidad, la información es clara y muy completa. 🙂
Me pueden recomendar un libro para leer acerca de la historia de la imprenta? Muchas gracias